El mobiliario urbano juega un papel fundamental en el diseño y funcionalidad de las ciudades, contribuyendo tanto a la estética como a la comodidad y seguridad de los espacios públicos. De hecho, cada vez se presta más atención al diseño y calidad de este tipo de productos para que una localidad luzca en condiciones óptimas y responda a las necesidades de sus transeúntes.
En los últimos años, una de las tendencias más innovadoras ha sido la incorporación del aluminio coquillado en elementos como bancos y farolas, una solución muy práctica debido a sus múltiples ventajas tanto en términos de durabilidad como de sostenibilidad.
“Esta tendencia responde a la creciente demanda de materiales resistentes, estéticamente atractivos y respetuosos con el medio ambiente, que sean capaces de soportar el desgaste propio del entorno urbano” explican desde Fundiciones Ur Artea, fabricantes de mobiliario urbano que tienen la innovación como marca de identidad.
¿Qué es el Aluminio Coquillado?
El aluminio coquillado es un tipo de fundición en la que el metal líquido se vierte en un molde, o coquilla, generalmente hecho de acero o hierro, para darle la forma deseada.
A diferencia de otros métodos de fundición más tradicionales, el proceso coquillado permite producir piezas de aluminio con un acabado más fino, con alta resistencia y mayor precisión en los detalles. Además, este proceso minimiza la porosidad y mejora las propiedades mecánicas del aluminio, lo que lo convierte en un material ideal para el mobiliario urbano que debe resistir el uso intensivo y las condiciones meteorológicas adversas.
Ventajas de este material en el diseño
- Durabilidad y resistencia al clima: es un tipo de estructura que está expuesto a la intemperie, enfrentándose a factores como la lluvia, el sol, el viento e incluso la contaminación. Precisamente, este es un material altamente resistente a la corrosión, lo que lo hace ideal para su uso en exteriores, ya que mantiene su integridad estructural y apariencia a lo largo del tiempo, incluso en entornos hostiles o costeros.
- Ligereza sin comprometer la resistencia: aunque es extremadamente resistente, sigue siendo un material ligero en comparación con otros metales como el acero o el hierro fundido. Esto facilita el transporte, instalación y mantenimiento, reduciendo costos logísticos y facilitando intervenciones rápidas en caso de reparaciones o reubicaciones.
- Estética moderna y versatilidad en el diseño: El aluminio coquillado ofrece una gran versatilidad a nivel estético, permitiendo la creación de formas modernas, elegantes y minimalistas que se adaptan a los diseños arquitectónicos contemporáneos de las ciudades. Además, su superficie lisa y brillante puede ser pintada en una amplia gama de colores, lo que facilita la integración en parques, plazas o avenidas principales.
¿Qué se puede fabricar con esta técnica?
Sin duda, lo más habitual es encontrarse con bancos resistentes al vandalismo, fáciles de limpiar y que se integran en cualquier entorno urbano. También es habitual ver las estructuras de parques y jardines públicos o incluso las farolas.
El uso del aluminio coquillado en el mobiliario urbano ha comenzado a expandirse rápidamente, aplicándose en una variedad de elementos clave para el equipamiento de las ciudades. A continuación, se destacan las principales aplicaciones actuales de este material en bancos y farolas.
Además, es probable que su aplicación se extienda a otros elementos del mobiliario urbano, como papeleras, barandillas o incluso marquesinas de transporte público, donde la durabilidad y el bajo mantenimiento son claves para garantizar la funcionalidad a largo plazo.