Rutinas de dermocosmética para un rostro rejuvenecido

El rostro es la carta de presentación de cualquier persona. Sus expresiones revelan su estado emocional, mientras que su aspecto indica ciertas pautas de belleza y salud.

Junto con las manos, es una de las zonas corporales más expuestas al exterior, lo que hace que, de unos años a esta parte, se haya prestado especial atención a sus necesidades no solo para mejorar su aspecto sino también para conseguir que las toxinas ambientales y demás agentes externos sean neutralizados para evitar un envejecimiento precoz.

Si bien el envejecimiento es un proceso natural, existen tratamientos faciales y recomendaciones que pueden frenar sus efectos en la piel. 

Qué le sucede a la piel con los años

“A medida que envejecemos, nuestra piel sufre un proceso de envejecimiento natural que resulta en una pérdida de elasticidad, firmeza y la aparición de las primeras líneas de expresión y arrugas” explican desde Farmacia El Bigote. 

Además de estos cambios naturales, factores externos como la exposición al sol, el tabaco y la contaminación pueden acelerar el proceso y mostrar una piel más apagada o incluso poco saludable. De ahí que los expertos incidan en la importancia de contar con tratamientos preventivos capaces de preparar la piel para estos factores y minimizar sus efectos.

En este sentido, la dermocosmética incide en la importancia de proteger la piel antes de salir de casa usando protector solar, aportando a la piel lo que necesita con una hidratación profunda y creando barreras para que la contaminación no afecte al estado del rostro.

Una rutina a medida para la piel

Una rutina eficaz ayuda a mantener la piel sana y joven, por ello es importante realizar una limpieza facial dos veces al día con agua tibia y un limpiador adecuado según el tipo de piel. Los limpiadores en aceite y las aguas micelares limpian y eliminan las impurezas del rostro respetando la barrera protectora de la piel. Tras la limpieza, es importante aplicar una crema hidratante que prevenga el envejecimiento con ingredientes como los retinoides y antioxidantes, u otros más naturales como el aloe vera y el té verde para calmar las pieles más reactivas o sensibles. Finalmente, es necesario aplicar un fotoprotector solar para proteger la piel de los rayos ultravioleta.

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Para quienes buscan tratamientos faciales más avanzados, las farmacias ofrecen una gran variedad de productos dermatológicos que se adaptan a los diferentes tipos de piel en función de las necesidades los pacientes.

Gracias a los avances de la dermocosmética, se pueden adquirir productos de grandes marcas avaladas por el sector farmacéutico, así como formulaciones propias diseñadas a medida por la propia farmacia, siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada piel.